La casa murió,
al llegar la noche.
Y yo quedé viva,
palpitando al son de mis sábanas.
Dulce nostalgia,
dulce insomnio,
dulce sinvivir la vida.
La casa murió
conmigo en el porche
de decisiones que no tienen
dos salidas.
Igual que cuando fuera llueve Y decide una, por no enfermar, Por prevención, porque se conoce el cuerpo, Ponerse un abrigo, la bufanda, los...
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