Cuando te robé un beso solo pensé
Que ese beso era tuyo
Y por ello lo robaba,
Que era una expedición traviesa
A la cueva de una boca que me estaba esperando
En algún momento.
Nunca pensé que el beso que robaba,
El ósculo al que le ponía mis huellas encima,
Era un beso que estabas guardando
Para algo más especial: otra ocasión,
Otros labios, otra persona.
Surqué el cielo de tu boca
Creyéndome pájaro que rompía tus nubes,
Disfrutando de bañarme en el mar de tu saliva
Al que me dejaste entrar sin advertirme el oleaje,
Sin decirme "cuidado, vas a ahogarte,
Vas a ahogarte,
Voy a ahogarte".
Qué mala manera de descubrirlo es la bandera de otra tierra
Que se me clava en la lengua hasta partirla,
La sangre que me baja por la barbilla y me ennegrece,
Me mancha los pies y me hace mirar al suelo
Para comprobar que mis huellas son, de facto,
Demasiado pequeñas para que las veas.
Todo tu paisaje está colonizado
Y, sintiéndome dueña, de pronto sé que allano un lugar
Que no es mío,
Nunca fue mío,
Todo lo que hay aquí jamás quisiste que me perteneciera.
¿Por qué dejarme entrar sin advertirme sobre el oleaje?
Sin decirme "cuidado, vas a ahogarte,
Vas a ahogarte,
Voy a ahogarte".
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