martes, 11 de junio de 2019

(Puede que) en una caja de cartón.

Miro a mi alrededor, estoy perdida. O quizá no, ¿acaso perderse no es estar en un lugar que no conoces? Entonces no lo estoy, porque he estado aquí siempre. Pero si perderse es estar en un lugar del que no sabes cómo salir, entonces sí lo estoy, aunque esto sea desde siempre mi casa. Mi casa, cerrada por fuera, de la que no tengo llave.
No sé dónde estoy ni por qué estoy aquí. Sobre todo el por qué, es algo que me carcome. Me gusta entender las cosas, con los años he ido volviéndome lógica, fría, racional. A veces también siento la emoción, claro, pero es algo peligroso. Algo peligroso porque entonces solo quiero sacudir estas paredes y encontrar algo para hacer palanca en la cerradura, y nunca hay nada.
Lo que hay es una ventana y a veces puedo asomarme al mundo exterior, e incluso pegar mi mano al cristal, mi cara o mi boca, y otra mano, una mano de fuera puede posarse sobre la mía sin llegar a tocarme. Es una ilusión que por un momento hace que me olvide de donde estoy (¿dónde estoy?) hasta que me doy cuenta de que solo noto el frío cristal bajo los dedos porque esa mano es de fuera y no pertenece a donde estoy (¿dónde estoy?).
Me han gustado las metáforas, los símiles, toda la vida, es la mejor manera que encuentro de explicar lo único que sé de este sitio. Así que diré que esto es como ser una pieza de otro puzzle colocada en la caja equivocada. Te cogerán un momento y buscarán dónde vas, arrugarán el entrecejo. Aquí no es, aquí tampoco, vaya, qué pieza tan difícil de colocar. Puede que te reserven para el final, a ver si encuentran tu sitio, pero eventualmente se darán cuenta de que no perteneces ahí y entonces enmarcarán el puzzle, con sus piezas correctas, y tú tienes dos destinos: la caja, si son benévolos, la basura, si son prácticos. Y en uno de esos lugares supongo que es donde estoy (¿dónde estoy?).
Las cajas no tienen ventanas ni tampoco los contenedores, pero nadie ha dicho que esto fuese lógico, ¿verdad? O justo. Lo único que sé es que veo el mundo exterior y el mundo exterior me ve a mí, podemos exhalar vaho en el cristal y escribirnos mensajes, a veces me arrancan una sonrisa, a veces me olvido de donde estoy (¿dónde estoy?), pero luego ellos crecen y siguen y avanzan y entonces recuerdo que son de fuera.
Cuando alguien se acerca a mi cristal me aletea el corazón y pienso que tal vez en la fábrica de juguetes ya se han dado cuenta de que han metido en la caja equivocada una pieza de puzzle, y no solo eso, si no que hay por ahí un puzzle incompleto sin mí. ¿Te imaginas? A veces fantaseo con esas cosas. Pero el tiempo pasa mientras no pasa nada y a veces me recorre un miedo cerval la médula espinal, hasta hacerme el tuétano de hielo, y pienso en la de veces que la gente se equivoca y que quizá yo sea una pieza hecha para nada, que hubiera tenido que ser de una forma y algo me hizo de otra. En definitiva, una pieza que no es de ningún puzzle...¿te imaginas? No se me ocurre nada más prescindible que eso.
Así que estoy perdida. O quizá no, ¿acaso perderse no es estar en un lugar que no conoces? Entonces no lo estoy, porque he estado aquí siempre. Pero si perderse es estar en un lugar del que no sabes cómo salir, entonces sí lo estoy, aunque esto sea desde siempre mi casa. Mi casa, cerrada por fuera, de la que no tengo llave. Pero lo cierto es que estoy perdida no solo de una manera geográfica, si no de una manera existencial...¿dónde está mi sitio? , ¿tengo alguno?, ¿existo para algo?, ¿soy un error?
Quiero ser como ellos, quiero salir fuera de este sitio, quiero ver el cristal por fuera, o quizá no acercarme nunca más, o quizá acercarme solo a exhalar vaho y escribir desde fuera "adiós, hasta nunca, no te echaré de menos", pero no sé dónde está la llave, no sé ni siquiera si hay una maldita llave, porque puede que esto sea un contenedor o una caja de cartón y ni los contenedores ni las cajas de cartón necesitan llave.
Ni siquiera sé dónde demonios estoy.

Desconfianza

 Igual que cuando fuera llueve Y decide una, por no enfermar, Por prevención, porque se conoce el cuerpo, Ponerse un abrigo, la bufanda, los...