sábado, 11 de diciembre de 2021

Combarro

En una noche de Combarro

viví la última de mis vidas,

una negrura azabache

amorosa, se cernía

sobre las vetustas calles

por las que a la deriva

caminaba en zigzag

partiendo hacia la despedida.

Y a cada paso que di,

una etapa de la vida,

allí nací, allí crecí, allí viví

en un solo día

siete vidas como los gatos 

que entre casas se lamían

y, mientras me reía,

me fui acercando al morir. 

Allí en la noche de Combarro

se pierde, o se encuentra, una ría,

que abraza a un mar con nombre,

lleno de melancolía,

y a medida que me alejaba,

me acercaba a la despedida,

fui a morir con los pies en la tierra

y una lágrima salina.



lunes, 18 de octubre de 2021

El muro

 Si estuvieras aquí

para romperme este muro a besos,

en lugar de dejar que me espante

la soledad con sus ladridos,

si estuvieran tus manos para quitarme

de las manos el ladrillo,

tus brazos para estrujarlo,

para estrujarme,

recomponerme,

hacerlo añicos,

tu fuerza para evitar

el inevitable designio,

una mirada fiera para asustar al destino.


En lugar de eso no estás

y el muro me trepa y en el muro anido,

me raspa la calma que hierve al llorar 

en ronco silencio dentro de mi exilio,

la plata me pesa y me hace tropezar,

con ella llevo la traición en el bolsillo,

el cadáver de Pepito Grillo

y una sombra en la faz.

Yo, que solo buscaba paz,

encuentro certezas: este no es mi sitio,

la risa, la guerra, el beso, el delirio,

el aroma, las manos, el alma, el anillo,

una fuerza que no evita,

una mirada que no asusta,

un inexorable destino.

No estás, no estás,

y el muro me trepa y en el muro anido.


domingo, 26 de septiembre de 2021

Imagina

 Imagina la soledad contenida

en una tarrina de helado

con una sola cuchara,

en escoger la película sin debatir,

en unos versos que se te escapan de la mente,

fluyen por las yemas de los dedos,

se vierten en nada y para nadie,

imagina largas charlas con uno mismo,

una mirada sostenida solamente en el espejo,

una sonrisa afable de vez en cuando 

en una foto, fingida,

imagina la soledad de una herida.


Imagina la soledad de no recordar nunca,

solo imaginar, cuando una canción suena,

del abrazo de una manta en el invierno,

de un poema que te nace en la mente

y vuela libre para posarse

en la nada, y para nadie,

la soledad de un eco que oscila

entre que nadie lo escuche y ser ignorado.


Imagina la soledad de una página,

arrancada de un cuaderno como un bebé de unos brazos,

preñada de tinta, de versos que te nacen en la mente,

que se escapan, vuelan,

fluyen por tus yemas 

para verterse en la nada y para nadie,

imagina la soledad de un número primo,

que entre uno y uno mismo oscila,

imagina la soledad de una herida. 


viernes, 24 de septiembre de 2021

Diablos en los cruces de caminos

Diablos en los cruces de caminos

con su tienda improvisada van tentando,

me raptó la mano una suave brisa y

tan fuerte cerré los dedos de mi mano...

como arena se desgrana a toda prisa,

el olvido engulle al oasis arcano,

bajo tierra se sepultan las sonrisas,

se descubre errante de nuevo el humano.

Los diablos en los cruces de caminos

con su tienda improvisada van tentando,

y componen una pieza a toda prisa

para sorprenderte cuando estén cantando,

te hipnotizan, te secuestran, y sumisa 

al infierno mismo te verás bajando,

pero dirá el diablo "no es traidor quien avisa"

mientras rompes tus espejos, gritando.


En el grito reflejado, y en el viento,

en la arena que se escapa de mis manos,

en la canción que guardo en el pecho,

en mi pútrido oasis arcano,

me descubro encerrando al tiempo

en una jaula que me han regalado

esos diablos en los cruces de caminos

que con su tienda improvisada me tentaron.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Los faros de un tren

 Me mirarán a los ojos

los faros de un tren,

me sostendrán la mirada

en un instante de magia,

de amor infinito,

de confidencias,

de rendición,

de entrega absoluta.

Y lo último que escucharé

será hacerse realidad mis sueños

con un cuerpo de máquina,

cerniéndose sobre el mío

en un abrazo sin reservas,

arrancándome la soledad del cuerpo,

descubriendo por fin

mi sitio. 


La certeza de la invisibilidad del trago

 Otra noche en que el sueño no es un lugar seguro. Las imágenes que se suceden con tal nitidez como si pasasen frente a mis ojos, en palpable disonancia con lo borroso que veo durante el día. Tengo una soga alrededor de mi cuello.

Me tumbo en la cama y me dirijo a la esquina. Me hago bola, pequeña, intentando ser indetectable. En el resto de la cama duermen conmigo mis demonios, que no son míos, más bien soy suya, y que no duermen, solo se sientan sobre mi pecho.

5 de la mañana, hace una hora, un pensamiento intrusivo me despertó dejándome a merced de la madrugada: nunca nadie me ha tocado el trago. El trago es una cosa que me pertenece y que no escondo, pero aún así pareciera indetectable, totalmente resistible, desprovisto de atractivo. Me toco el trago. Pensamiento intrusivo: qué extraña parecería expresando esto en voz alta ante cualquiera. ¿A quién explicar que esto me ha despertado y ya no me dejará dormir más esta noche y quién sabe cuántas más?

La certeza de la invisibilidad del trago me va sumiendo en una espiral de tristeza que se me antoja infinita. Porque ni siquiera yo he sido consciente del trago hasta que mi cerebro ha decidido presentarnos hace una hora. Es una cosa que me pertenece y que no escondo, y aún así para mí fue casi indetectable, totalmente resistible, desprovisto de atractivo. Me toco el trago. Esta madrugada no dormiré más, no quiero volver a dejarlo solo.

El pelo me caía como una maleza enredada sobre la almohada, coronando el caos, conquistándolo. Ningún ruido rompía la noche, pero dentro de mí nunca hay silencio. 

He cogido miedo de mis pasos, temo que me lleven a infiernos cada vez más profundos. 

No puedo desandar. ¿A dónde voy?

Aquí dentro grita alguien. 


viernes, 3 de septiembre de 2021

Llena de valor

Que viva conmigo,

y que vaya a quedarse para siempre,

no como esa miríada de hojas de otoño

que vuelan y se mudan con el viento,

solo esta tristeza,

que es suficientemente líquida para colarse en los rincones,

y tan viscosa para atraparlo todo,

barrerlo todo,

ahogarlo todo, 

a su paso. 

Los relojes me endurecen y fascinan,

golpean mazos como jueces crueles,

un pom, pom, pom constante,

un sonido acusatorio de que una vez más

o no estoy en mi sitio, que no existe,

o he llegado tarde.

Y camino por la vida,

me deslizo,

como una suerte de sombra desamparada,

como una cría huérfana y arrugada,

con los pies llenos de cadenas,

los zapatos llenos de cemento,

la garganta llena de gritos inacabados,

¡qué espanto!

Quisiera despertarme un día sin la agonía

de querer ser y no poder,

de poder ser solo lo que no quiero,

o llena de valor para despedirme.

Quisiera despertarme un día sin la certeza

de ser siempre solo la sombra del recuerdo de alguien,

incluso de mí misma,

de no poder ser nunca nadie,

ni siquiera yo misma,

o bien, llena de valor para despedirme.

viernes, 23 de julio de 2021

Entretenimiento

 Llegará por la ventana

en un abrazo de la noche
el frío invierno,
se cernirá sobre mi carne,
se ceñirá a mi alma
y a mi aliento,
y de mi pútrido cuento
se escaparán las hadas
con gritos sordos de espanto
y de lamento.

Tras las rejas blandas
de carne trémula y blanca
que son mi cuerpo,
crece una enredadera
que se enrosca en mi oreja
y mi cabello,
y vivo tan enredada
que veo nacer flores, imposibles,
en la duna de un desierto,
y vivo tan enredada
que consigo querer
lo que en el fondo sé que es tu entretenimiento.

Un reloj se paró,
la manecilla, suicida,
decidió dedicar un minuto al muerto
y mustio cuerpo escabroso
de un alma que fue hermosa
y ahora canta sola en un cementerio.
Me fui vistiendo de amores
que amores no eran
y al final pasó: me quedé en los huesos;
sobre ellos construí tu iglesia,
apoyé la fe en mis cartílagos,
recé por caricias rotas como un perro.

Tras las rejas blandas
de carne trémula y blanca
que son mi cuerpo,
crece una enredadera
que se enrosca en mi oreja
y mi cabello,
y vivo tan enredada
que veo nacer flores, imposibles,
en la duna de un desierto,
y vivo tan enredada
que consigo querer
lo que en el fondo sé que es tu entretenimiento

jueves, 22 de abril de 2021

Esta sombra no digerida

Estaba tumbada sobre mi cama,
y yo misma salí de debajo, 
llena de polvo, reptando,
negra y viscosa, como una sombra,
me cerní sobre mí misma, 
agarrotada, 
la carne sobre la sábana
como una muestra de derrota,
la mirada rota,
perdida en vidas distintas a esta cárcel.
No opuse resistencia,
¿de qué sirve resistirme a mí misma?
Mis fosas se abrieron
las nasales, y las del alma también,
inspiré mi propio olor a podrido,
a cosa olvidada,
a libro viejo y apolillado.
Caí sobre mí como alquitrán,
manchando mi piel blanca,
pegándoseme. 
Una suerte de mano que no era piel ni hueso,
solo sombra, 
buscó mi boca.
Yo toda blanca, pálida y exangüe,
mi boca rosa,
como una flor que no sabe que ha llegado el invierno,
que es hora de morirse.
Mi boca negra besó a mi boca rosada,
que se abrió, con la confianza de un ciego,
con la inocencia de un niño, 
recibiendo un beso donde creyó notar amor. 
Un calor me descendió por la garganta
mientras la lengua se me introducía,
cada vez más dentro, 
cada vez más sombra,
cada vez más abierta mi boca, 
mientras el fango reptaba cuello abajo,
descendía hasta el estómago,
desaparecía como todos los días absorbido dentro de mis células.
Y entonces, con mucho esfuerzo,
mi carne volvió a moverse, 
me levanté del colchón, el cuerpo pesado,
quizá ya se sabe muerto,
me acerqué a la ventana y vi fuera el Sol,
los niños chillando, la gente riendo,
la rueda de la vida girando sin más, 
y yo, tan pesada con esta sombra no digerida,
tan pesada que no puedo girar más,
noto una lágrima que rueda
por la mejilla que calienta el Sol
que entra a través de mi cristal. 

viernes, 12 de marzo de 2021

Un pájaro

 Soñé un sueño 

y cuando llegó la mañana,

el sueño se hizo pájaro,

con su pico y con sus patas y sus plumas,

con su nido, osado,

al borde de mi ventana,

con un trino infinito lamiendo mi oído

como la caricia de un amante. 

Primero el pájaro

estallaba de brillo,

yo lo henchía de miradas,

era un ave de puro caramelo y fantasía,

me llenaba de luz. 

Por mi pájaro, antes de que mudaran las estaciones,

me salieron en el cuello branquias,

una sensación imparable,

un ahogamiento imposible,

el horizonte fue un colgante 

que engalanó mi pescuezo; 

pero entonces, las nubes del invierno llegaron,

preñadas de tormenta,

el verano, un cuerpo hinchado al Sol, 

la primavera y el otoño dos niños silenciosos,

crujientes, verdes amarillentos,

y nada en mi pájaro cambió. 

Con una suerte de desdicha creciente

quisieron mis dedos ser rayos de luna,

abrir la ventana, 

atrapar a mi pájaro impertubable, 

preguntarle por qué no cambiaba,

por qué no vivía,

por qué no moría. 

Tengo la piel tan fría, 

pensé,

ay, tengo la piel tan fría, 

que quizá si lo toco se muera de espanto. 


Mas no cambia, 

mas no vive, 

mas no muere,

la ventana no se abre 

y el pájaro siempre pía,

golpeando mi cristal,

con un chasquido infinito lamiendo mi oído

como la caricia de la muerte.


Es un ave de puro caramelo y fantasía,

mas cómo quisiera yo 

soñar solo un sueño.



lunes, 1 de marzo de 2021

Casi primavera

Horas de electricidad 

Me sacudieron

Y por un instante, me sentí viva

De nuevo, desnuda

Yo, desnuda el alma,

Desnuda la tripa

Tuya y mía,

Desnuda la mano con que revuelvo.

Viajando al pasado

A pasos gigantes

En una de esas sacudidas,

Un fantasma exangüe,

Muerto de hambre,

Esperando en la calle,

Me da la bienvenida.

Unos labios que no existen

Me depositan

En la garganta una gota de amarga saliva,

Qué triste, qué inútil, qué anacrónico,

Este fantasma del alma mía.

Ay, qué triste, qué inútil, qué anacrónico,

Este amor del alma mía.




martes, 5 de enero de 2021

Mañana

 Hoy es un día tan bueno como cualquier otro para ser feliz 

y aunque es de noche, el Sol brilla,

un pájaro cruza el cielo, su vuelo 

extasiado, su canto, ilimitado, 

un calor purísimo en el alma,

una libertad rompiendo las jaulas del pecho,

una promesa que ya existe

y seguirá existiendo con la sal del mar,

con la arena del tiempo,

con el significado mismo de infinito.














sábado, 2 de enero de 2021

24 horas

 Hoy me duele, 

Pero hoy no es siempre, 

Hoy solo dura 24 horas,

Mañana llega y otras cosas rompen

El alba, el día,

Pero no nosotros. 

Mañana seré yo en el camino,

A trozos y entera, como siempre,

Otra vez con ganas, me conozco,

Otra vez sabré que el mundo existe sin fingirlo,

Porque hoy la sonrisa es pretendida,

La copa estará llena,

Las manos igual que el corazón, vacías, 

Agarrando la nada,

Apresando el aire

Suspirando con sus bocas de yema sobre el papel

Hoy me duele,

Pero hoy ya ha existido,

Y hoy no es siempre


Hoy solo dura 24 horas

Desconfianza

 Igual que cuando fuera llueve Y decide una, por no enfermar, Por prevención, porque se conoce el cuerpo, Ponerse un abrigo, la bufanda, los...