lunes, 20 de febrero de 2017

Me he despertado pensando en ti
Y anhelando el olor de tu cabello
Y anhelando el sabor de tu saliva
Y la suavidad de tu alma contra la mía
Éramos dos y fuimos uno
En el momento en que nuestros cuerpos confluían,
Se apagó el mundo,
Se prendió la llama.
Tú en mí eres como un vagabundo llegando a casa
Y en la alacena de tus labios descansan
Mil besos que voy a robarte.
Todo tu cuerpo es arte
Y solo Dios puedo llamarte
Si de la mano me llevas al cielo.
Son tus dientes las estrellas,
Y solo Dios te puedo llamar
Si es tu cuerpo el cálido Sol
Y tu saliva la espuma del mar,
Y si es tu alma el Universo
Y tus ojos el firmamento
Para mí no existe ya más cielo
Que el de tu paladar.

viernes, 10 de febrero de 2017

Me pierdo
sin ánimo de encontrarme
en cada beso contigo,
y es tu pelo el abrigo
más sedoso que he tenido,
y tu piel la delicia
más intensa que he lamido,
y tu cuerpo un altar donde
solo rezo a lo prohibido.
Escribe tu saliva cuentos
de mi cuello hasta mi ombligo,
y mi mente solo es cuerda
cuando se encuentra contigo
y me ata firmemente
el corazón al oído,
que de tus palabras dulces
siempre es atento testigo.
Yo mendigo,
anhelante,
que el caprichoso destino
ceda tus brazos a mi cuerpo
en las noches de frío,
ceda tus besos a mis labios
cuando mustios y ateridos
agonicen en la calle
necesitando tu asilo.
Yo mendigo,
implorante,
ante los dioses del Olimpo,
que tu cuerpo solo muera 
en el valle del olvido
y sea en la cuna de mi ombligo
perenne como el olivo,
caliente como el verano
y de mis pecados castigo.

2011.

Tú piensas como yo.
Tampoco andas distinto
ni te ríes diferente.
Utilizas las mismas palabras
y muerdes los mismos panes
e hilachas los mismos versos.
Tú eres tú en mí,
y yo soy yo en ti,
siendo yo en mí
y viceversa.

Sin embargo,
no andas por los mismos caminos,
y aunque nos cubra el mismo cielo
tus nubes son distintas a las mías.
En algún lugar, quizá en Roma,
ya que todos los caminos llevan allí,
nos encontramos en una bifurcación
y aunque no te conozca, te conoceré
y sabré cómo vas a sonreírme
y te sonreiré de la misma forma.

jueves, 2 de febrero de 2017

Ante el frío

Ante el frío,
¿yo qué soy?
Siempre primavera.
Y quien no me quiera entera
no tendrá jamás mis flores,
los olores 
de amores
dulces como miel de abeja
pronto volveranse rejas
ante los cobardes lores. 

Ante el frío, 
¿yo qué soy?
¡Siempre primavera eterna!
De sonrisa sempiterna
de colores,
inmune a los dolores
de las almas pobres, mustias, yermas
donde no crecen las hierbas
ni las flores.

Ante el frío del invierno
yo seré siempre la risa,
de verano dulce brisa
y los rumores 
del río que corre deprisa,
del viento entre la hierbaluisa
y de las pieles que acarician
las calores.

Ante el frío,
¿yo qué soy?
Siempre primavera
y mis días serán siempre los mejores,
y sepan los cobardes lores
que quien no me quiera entera
no tendrá una sola brizna
de mis flores.

Desconfianza

 Igual que cuando fuera llueve Y decide una, por no enfermar, Por prevención, porque se conoce el cuerpo, Ponerse un abrigo, la bufanda, los...