A veces el amor se quiere escapar
y yo lo contengo.
Le digo "hemos prometido esperar
y lo cumpliremos".
Ladino, susurra "no va a regresar"
y yo no lo entiendo:
¿por qué tanto amarme si luego te vas
y ya no te tengo?
Me regalaste mil veces el mar
y ahora está seco,
tus labios de verano han vuelto a sonar
como el áspero invierno.
Tu voz en mi oído es como el ulular
de un pútrido viento,
y tu brillo de estrella fugaz
se va diluyendo.
¡Pero ay, mi amor, yo voy a regar
este seco mar
con mi llanto!
Y este amor frugal
volverá a reinar
en su dulce verano.
De tu suave boca se escapará
el último glacial
viento helado.
Y tu estela de luz volverá a brillar
en tu desnudo mirar
destripado.
A veces el amor se quiere escapar
y yo lo contengo.
Me dice "qué ingenua, no volverá"
y a veces me temo
que su cruel sátira lleva verdad
y nunca te encuentro.
Tal vez ya emigraste a otro lugar,
ya no sientes mi aliento.
Si allá donde estés me llegas a escuchar:
te echo de menos.