sábado, 30 de noviembre de 2019

Ilusión

Vida, vida mía
devuélveme mi corona
devuélveme la corte,
devuélveme la alforja,
devuélveme las joyas
que en mí tan bien lucían
que fui oro y soy barro
óyeme, vida mía. 
El pozo en que caí,
que es de melancolía,
no se parece en nada
a mi cama mullida,
al aroma de las viandas,
a los gritos de alegría,
que fui oro y soy barro
óyeme, vida mía. 
Devuélveme la corona
y quítame la espina
que llevo en lo más hondo,
que nunca se me olvida
que en mi boca bailaron
las más traviesas risas
que antes era sola
llena de compañías
pero ahora simplemente
soy cáscara vacía. 
Vida, vida mía,
soy plebeya, soy esclava, 
el grito del silencio
en lo más hondo se me clava,
que nunca se me olvida 
que antes me adoraban
y que brillaba el suelo 
allá por donde yo pisaba. 
Vida, vida mía,
ahora siempre 13 y martes,
cuánto yo daría por 
de este yugo librarme, 
de esta piel arrancarme
el olor a ser plebeyo,
pues no hay nada menos bello
que ser nadie;
y por mi trono en las ruinas
vida, yo te regalo mi carne,
yo te regalo mi huida,
yo te regalo mi sangre,
pues antes que ser quien soy,
y quien soy, desde luego, es nadie,
yo prefiero ser reina
aunque el castillo sea de naipes. 

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