Ser como el eco,
hablar y hablar
sin decir nada,
notar el hueco,
la herida en el pecho,
el corazón yerto,
cubierto
de llagas.
Palabras son dagas,
del filo el veneno
se clava en el alma,
se impregnan los dedos,
un dolor sediento
con huellas malditas,
lleno de memoria,
cubierto de aristas.
Y soy como el eco,
hablo y hablo
sin decir nada,
soy todo esqueleto,
triste piel ajada,
me huele el aliento
a risa inventada
y me pesa el cuerpo
como si fuese anciana.
Palabras son dagas,
maldito el cerebro
que no tiene fugas
ni momentos huecos,
yo todo recuerdo,
recuerdo el mordisco,
recuerdo el dolor sordo,
recuerdo los gritos.
Del filo el veneno
se clavó en el alma,
me impregnó los dedos,
durmió en mi cama,
y soy como el eco
y no digo nada,
soy todo esqueleto,
triste piel ajada.
jueves, 11 de abril de 2019
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