martes, 17 de agosto de 2010

Tanto como

Consume mis labios como si fueran bebida,
y mis dedos apresa
con sus manos de cárcel,
y en la condena de sus brazos me siento tan protegida
que su cuerpo terreno
me parece de ángel,
el veneno que escapa de su saliva
parecióle bálsamo
a mis letras salvajes,
y de pronto en él surge la cara esquiva,
y tristeza domina
el polvo de mi aire.
Es tan dulce castigo,
y tan tierno flagelo,
tan sabrosa su boca
que es puro veneno,
tanto daño me hace,
tanto como le quiero,
su tranquilidad nunca pace
con mi ardiente deseo.
Pero bebe de mí como si fuese vida eterna,
y mi pelo apresa
entre sus manos de cárcel,
y cuando me toca mi sangre se altera
y mi arteria flamea
en busca de su carne,
es su caricia cremosa como tacto de seda
y mis moléculas vibran
como piel que se expande,
se da la vuelta y rasposa como la cuerda
que anuncia el final triste
su mano me sabe.
Es tan dulce castigo,
y tan tierno flagelo,
tan sabrosa su boca
que es puro veneno,
su tranquilidad nunca pace
con mi ardiente deseo.
Tanto daño me hace,
tanto como le quiero.

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