martes, 31 de agosto de 2010

Señora duda

Caí en manos de la señora duda,
que me apresó con uñas largas
contándome su pasado.
Ha vivido tanto que mi oído lame
las memorias hartas
y los corazones robados.
¡Tantos Casanovas conoció
que finalmente eran rateros vagos!
Tantas almas rescatar intentó,
y con tantas el no
hizo nacer el daño.
Dígame,señora duda,dígame,
¿es mi alma una de esas?
¿Una náufraga de sus latidos propios?
Dígame,señora duda,dígame,
¿cabalgo sin saber cabalgar
sólo por ocio?
Si es mi corazón un perdido niño
y una mente errante porto,
sálveme de brazos sin cariño
y sepa hacerme el sufrimiento corto.
Dígame,señora duda,dígame,
¿cabalgo sin saber cabalgar
sólo por ocio?

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