martes, 18 de enero de 2022

Anatomía de algo terrible

 Lo noto consumirme, 

Lleno de rabia, 

Odiando el tiempo que he puesto muros,

Odiando la gravilla en su voz,

Odiando la arena cada vez más exangüe.

Cuando sale,

Abriéndose paso a puñetazos,

Mis nudillos abiertos también,

La carne expuesta, trémula y salvaje,

Otra vez desaprendiendo a domesticarse,

Entonces me clava los dientes 

Y me rompe a su paso, todo se quiebra,

Los tendones, los huesos, la piel se abre,

El alma se disipa,

Existo de manera intermitente,

Me voy apagando y desluciendo 

A medida que sus pasos lo acercan al trono.

Me encuentro de pronto,

De repente, sin previo aviso,

Como si me hubiera intoxicado,

Envenenado de nuevo con la otra lengua que guardo,

Con la otra boca que tengo,

Con el secreto que escondo,

Y corre por mis venas deshaciéndolas

Una suerte de mal fario,

Un ácido que me impregna,

Un monstruo que en el espejo se reconoce 

Y sonríe mientras me ahoga.

¿Me romperás de nuevo como a una rama seca?

¿Me convertirás de nuevo en un sonido hueco?

¿Castigarás mis huesos al ostracismo?

Y a la tumba me seguirás, persiguiendo mi estela,

Mientras sonríes

Mientras me ahogas.

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