martes, 10 de julio de 2018

998 por hora.

Se me salta el corazón dos latidos pero no importa, contigo siguen quedándome 998 por hora. Como en el sueño más vívido que he tenido jamás, bajo del tren y a lo lejos te veo, la melena al viento, los ojos llenos de mar, las manos llenas de caricias. La primera vez que me ves, la primera vez que te toco. Te regalo una sonrisa, me fundo en un abrazo, de repente me siento en casa. ¿Es esto amor? Quizá.
No quiero soltarte, tu pelo es una sábana de seda y tu olor ya es para siempre mi colonia favorita. Hueles a piel dulce y a alma limpia y quiero quedarme en este abrazo. ¿Sería muy raro prolongarlo? Quizá. Habrá más, puedo soltarte. Por ahora.
Las calles saben distintas cuando se caminan junto a ti; miro al frente, me vuelvo a mirarte y ahí estás, a un leve giro de mi cabeza, a unos centímetros de mí. Tu piel tiene toques de oro y tus mejillas al sonreír se llenan de hoyuelos donde plantar momentos y regar con besos. Creo que no puedo dejar de mirarte y eso me pone nerviosa.
Me haces reír. Todo el tiempo.
Tu presencia es como un bálsamo para mi corazón que está muy, muy cansado. Que se siente viejo y ya no tiene ganas de pelear. Iba a ralentí, pero contigo, ¡vaya! Me has mirado y se ha parado unos segundos pero ha rejuvenecido. Lo noto más fuerte. ¿Es esto amor? ¿Se siente así?
Tú tienes ojos de agua y yo juego a ser una sirena mientras te acercas.
El impacto de tu boca en mí es suave y demoledor. Este es el beso que llevo buscando toda la vida. Tiras todos mis muros abajo. Solo quiero que conozcas todo, ser tu casa. Ven dentro.
El impacto de tu cuerpo en mí, una suerte de fuegos artificiales en una carne que siento de nuevo virgen. ¿Es esto amor? Nunca he sentido nada parecido.
En la ducha llueve.
En la cama todo es Sol abrasador.
Tu pelo es la jungla.
Tu boca un oasis.
Del Norte al Sur eres mi tierra favorita.
De Este a Oeste.
No me cubro al dormir, tu abrazo es mi sábana. Tu cuerpo pegado al mío mientras duermes tranquilo es la paz más maravillosa que he conocido y solo quiero que acabe esta noche para verte reír de nuevo cuando despiertes.
Los abrazos ya no se acaban más, los besos siempre se multiplican. Nos comemos. Salimos a cenar. Paseamos y me agarras de la mano, de un plumazo pierdo todos estos años y ahora soy una niña a tu lado. Sin heridas ni cicatrices, sin miedos ni rencores.
Quiero vivir así toda mi vida, ya no quiero que me faltes nunca.
¿Es esto amor?
Sin duda. Te amo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Desconfianza

 Igual que cuando fuera llueve Y decide una, por no enfermar, Por prevención, porque se conoce el cuerpo, Ponerse un abrigo, la bufanda, los...