sábado, 11 de mayo de 2019

Las arañas (2011)


Antes me asustaban las arañas.
Ahora me asustan menos cosas
-los animales abandonados, los niños escuálidos,
el planeta muerto, los bebés devorados por contenedores,
las venas que sangran, los marginados sociales,
los correccionales de menores, la abusiva tecnología,
los cuerpos que nunca vuelven a aparecer,
la muerte en otros, los diálogos que no sirven,
los ancianos podridos de olvido, las bombas de la guerra-
pero solo porque ya no me asustan las arañas.

Las curvas de la botella

Quizá empezó a beber
por una llaga disfrazada de mujer
que le dejó a su suerte,
 sin la copa cárnica de sus caderas
inyectándole con sus fríos ojos el sucio anhelo
del alcohol.
Ella agarró con las uñas todo lo que él amaba suyo,
supongo.
Cogió los párpados y los metió en la misma bolsa
que los pechos y el corazón,
que los pulmones y los ojos y las piernas
y las axilas.
Se echó la bolsa al hombro y echó al hombre un beso
que,por calidad de último,tal vez lo mató.
Imagino que entonces el alma masculina
quedaría tristemente anclada en el lugar donde estuvo la bolsa
con los párpados,el pecho,y todo aquello,
y aburrida abrió una botella,juntó su boca con la boca de vidrio
y la besó.
Cuando acabó de besarla estaba tan enamorado
que se prometió a sí mismo que nunca haría
lo que habían hecho con él,
y abrazando románticamente a aquella primera botella vacía
le susurró: "nunca te abandonaré".

Abrupto final (2013)

Noto un abrupto final
avecinarse en mi corto sendero
anunciando su llegada cual jilguero
y ardiendo como el suelo infernal.

Nunca pude ser tan fuerte como quise,
pues me destruí con mis propios escudos
y fueron los nudillos míos los más duros
y la derrota contra mí misma la más triste.

Aún tan joven, y tanta es mi vejez
que me veja y me ultraja la alegría
quién reconoce tal face como mía
con lo risueña que ella fue alguna vez.

Contra el abismo me empujasteis lento
y me asomé al llegar a su borde,
con curiosidad miré la densa noche
que venida de él se ciñó sobre mi cuerpo.

Me carcajeé por vez última
una hora donde parecí feliz
donde aún no me pesaba el grave desliz
ni la infelicidad que ya estaba tan próxima.

Ahora sólo quiero dejar de verme
tan atormentada encerrada entre mis sábanas,
y por ello imploro sin miedo a la guadaña
cada noche que venga a llevarme la muerte.

Maldigo mi mala suerte.

El paisaje robado

 Cuando te robé un beso solo pensé  Que ese beso era tuyo  Y por ello lo robaba, Que era una expedición traviesa  A la cueva de una boca que...