Se pone una
capa sobre capa en el alma,
igual que se pone una
capa sobre capa en el cuerpo
cuando fuera sopla un viento intenso
y tan cruel.
Y aunque pareces
de pronto agrandada y gigantesca,
te vas quedando pequeña y atrapada
en la armadura misma con que te vistes.
domingo, 29 de enero de 2017
viernes, 20 de enero de 2017
Tengo el alma más abrupta que hayas visto
Es tan dulce e insaciable
mi alma de labriega
que siempre quiero hacer nacer flores
en terrenos descarnados.
Las semillas las tomo prestadas
de la colina de mi corazón
y luego nunca,
nunca,
las devuelvo.
Yo he arrancado con mis manos
malas hierbas,
y me he abierto
en las palmas surcos llenos
de memoria.
He llorado en tierras yermas
y en estimas muy pequeñas
para hacer crecer en ellas
una historia.
De la sangre de mis palmas
ha nacido la amatoria,
de la sal echada en ellas,
el dolor,
patas largas como arañas,
en la mano una guadaña,
erigiendo una montaña
de temor.
En la cumbre, que es tan fría,
y que cada día conquisto
siempre nieva de imprevisto
y el amor,
autor de la geografía
del alma, mi anticristo,
mi tutor,
de piedad desprovisto,
se acerca a mi geografía
y susurra con lengua fría:
tengo el alma más abrupta
que hayas visto.
mi alma de labriega
que siempre quiero hacer nacer flores
en terrenos descarnados.
Las semillas las tomo prestadas
de la colina de mi corazón
y luego nunca,
nunca,
las devuelvo.
Yo he arrancado con mis manos
malas hierbas,
y me he abierto
en las palmas surcos llenos
de memoria.
He llorado en tierras yermas
y en estimas muy pequeñas
para hacer crecer en ellas
una historia.
De la sangre de mis palmas
ha nacido la amatoria,
de la sal echada en ellas,
el dolor,
patas largas como arañas,
en la mano una guadaña,
erigiendo una montaña
de temor.
En la cumbre, que es tan fría,
y que cada día conquisto
siempre nieva de imprevisto
y el amor,
autor de la geografía
del alma, mi anticristo,
mi tutor,
de piedad desprovisto,
se acerca a mi geografía
y susurra con lengua fría:
tengo el alma más abrupta
que hayas visto.
jueves, 12 de enero de 2017
Del islote que soy
Del islote que soy,
de la tierra de que nazco,
de la mano del labriego
que me mima,
a todo esto me debo.
Al viento ufano,
al surco íntimo
en la tierra,
al abrazo
de la sombra de los árboles
caducos,
a todo esto me debo.
De la semilla plantada
que algún día plantaré en mi vientre
y criaré en mi seno,
del agua.
Soy solo huella,
pues lo único perenne
es el olvido.
Del islote que soy,
separado de la tierra en que nací
y de la mano del labriego
que me mima.
Asustada por el huracán humano
y la caricia íntima
me aterra
el abrazo
y la sombra de las horas
de las noches que caduco.
A todo esto me debo.
Del islote que soy,
que es la semilla sáxea de lo que fui
y de mí no brota,
soy todo agua.
Soy solo huella,
pues lo único perenne
es el olvido.
de la tierra de que nazco,
de la mano del labriego
que me mima,
a todo esto me debo.
Al viento ufano,
al surco íntimo
en la tierra,
al abrazo
de la sombra de los árboles
caducos,
a todo esto me debo.
De la semilla plantada
que algún día plantaré en mi vientre
y criaré en mi seno,
del agua.
Soy solo huella,
pues lo único perenne
es el olvido.
Del islote que soy,
separado de la tierra en que nací
y de la mano del labriego
que me mima.
Asustada por el huracán humano
y la caricia íntima
me aterra
el abrazo
y la sombra de las horas
de las noches que caduco.
A todo esto me debo.
Del islote que soy,
que es la semilla sáxea de lo que fui
y de mí no brota,
soy todo agua.
Soy solo huella,
pues lo único perenne
es el olvido.
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