jueves, 3 de noviembre de 2016

Quiero comerte a besos.
Que se nos pasen las horas entre secretos y sexo,
que tu pelo me huela
a lo que mi piel más anhela
y tu piel siempre seda
no sea cosa de tiempo.

Quiero comerte a besos
y ser la yegua que montas como fiel caballero
y que mis manos sean hiedras
trepando y rompiendo piedras
que vayan apareciendo
entre mi boca y tu aliento.

Quiero comerte entero,
hacer tan caliente como agosto el frío mes de enero,
y escribirte poesía
con la lengua cada día
en todos los recovecos
que van dejando tus huesos.

Quiero comerte a besos,
empezando por el cuello y terminando en la bragueta,
y que mi cuerpo de poeta,
de los pies a la cabeza,
te aúlle como los lobos
a la henchida luna llena.

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